Perspectivas de los sectores

Energía, Servicios Públicos y Recursos Naturales

Cuestiones clave para el sector que se reflejan actualmente en la selección de riesgos

Las empresas energéticas están lidiando con las obligaciones en materia ESG, por lo que no es de extrañar que el riesgo ambiental ocupe el quinto lugar. La transición a la neutralidad del carbono alterará sus perfiles de riesgo, exigiéndoles que mantengan sus posiciones de capital al mismo tiempo que abordan el escrutinio de los inversores a la hora de cumplir con sus obligaciones en materia ESG. Las tendencias macroeconómicas y normativas ya están afectando no sólo a la disponibilidad de la transferencia de riesgos para algunos sectores industriales, sino también al perfil de los consejos de administración, por ejemplo, a través de los inversores activistas. El ciberataque a Colonial Pipeline demostró un aumento del riesgo cibernético, que se ha visto agravado, al menos en parte, por el aumento de los acuerdos de teletrabajo durante la pandemia de COVID-19. Las empresas energéticas deberían evaluar sus entornos informáticos para conocer su capacidad de defensa contra los ataques, pero los cambios en sus entornos tecnológicos operativos aumentarán esta amenaza a largo plazo. La gestión del talento es cada vez más importante. Las empresas energéticas necesitan retener y atraer talento para apoyar la transición del sector hacia la neutralidad del carbono, así como para competir con otros sectores que los posibles empleados perciben como más avanzados en sus iniciativas en el ámbito de la sostenibilidad. Esto se está convirtiendo en un riesgo clave, y el sector energético tiene que adaptarse para mitigarlo y gestionarlo. A medida que se acelera la transición energética, es posible que la fuerza laboral del pasado no cuente con las competencias necesarias para el futuro, incluyendo el dominio de las nuevas tecnologías como el hidrógeno y la captura de dióxido de carbono. Es probable que la demanda de ingenieros y de fuerza laboral cualificada aumente a medida que se pongan en marcha nuevos proyectos con bajas emisiones de carbono en respuesta a la mayor preocupación por el cambio climático, la acción gubernamental y el esfuerzo global para alcanzar cero emisiones netas.

Sorpresas en los 10 principales riesgos seleccionados

Dada la creciente influencia de las cuestiones ESG en todo el sector de la energía y la electricidad, así como la creciente presión sobre los consejos de administración de las empresas por parte de los accionistas, los inversores, los gobiernos, los reguladores y las organizaciones no gubernamentales, resulta sorprendente que este aspecto no figure entre los cinco primeros riesgos. Inicialmente, las preocupaciones del sector en materia ESG se centraban en las arenas bituminosas, el carbón térmico y las perforaciones en el Ártico. Toda la industria está ahora bajo escrutinio debido a su elevado consumo de carbono y se enfrenta a una presión creciente para presentar un plan de descarbonización creíble respaldado por acciones y objetivos claros. La incapacidad de atraer y retener el talento es otro riesgo importante que no está incluido en los 10 principales riesgos, aunque puede reflejarse en la alta posición de la tasa de cambio acelerada en los factores del mercado. Muchas empresas y observadores del sector reconocen que la falta de talento es un riesgo importante y creciente para la transición energética y los planes de crecimiento, y requiere una especial atención por parte de la alta dirección. Además, la volatilidad del entorno empresarial, que surge, al menos en parte, de los riesgos políticos y de la creciente influencia de las partes interesadas, se reconoce como fundamental para el futuro del sector, a pesar de no figurar entre los principales riesgos. Los principales riesgos seleccionados podrían indicar que las labores cotidianas de algunos encuestados pueden a veces distanciarles del cambiante entorno de riesgo y de la creciente influencia de las partes interesadas externas en sus consejos de administración. Es probable que las empresas que aplican una estrategia ESG tengan una mayor alineación de riesgos entre el consejo de administración y el comprador de seguros y, por tanto, puedan responder más eficazmente a los riesgos actuales y futuros.

Los riesgos más infravalorados

El cambio climático y los riesgos para la reputación no parecen ser lo más importante para los encuestados del sector energético. Sin embargo, a medida que el mundo va tomando conciencia de los sectores que podrían suponer una amenaza existencial para la humanidad, estos riesgos podrían convertirse en amenazas relativamente importantes para el sector. Entre otros análisis, "Road to net zero in four charts" (El camino hacia las cero emisiones netas en cuatro gráficos) del Foro Económico Mundial, señala el impacto de las iniciativas de descarbonización en el mundo desarrollado y en desarrollo sobre la economía actual del petróleo y el gas. Además, aunque el clima y los desastres naturales no figuran en la lista de los 10 principales riesgos, son más importantes que algunos de los riesgos mejor clasificados, teniendo en cuenta los recientes fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo. Dada la gran dependencia del sector en la toma de decisiones gubernamentales, el riesgo político debería ser mayor, ya que las autoridades reguladoras de todo el mundo lidian con la idoneidad de las acciones, la protección de las subvenciones y su impacto en la transición energética. Vemos variaciones regionales en cuanto al ritmo de los cambios, lo que repercute en las empresas energéticas mundiales.

Desafíos a los que se enfrentará el sector en los próximos 3 años y qué pueden hacer las organizaciones para afrontarlos

Las empresas de servicios públicos tendrán que idear formas de trasladar el poder a los consumidores. Esto incluirá tecnologías inteligentes que ayuden a controlar el consumo y, posiblemente, a compartir fuentes de energía no fósiles a través de una red bidireccional. A medida que disminuya la dependencia en los combustibles fósiles, las fuentes de energía no fósiles (renovables y opciones nucleares como el torio) se convertirán en productos básicos importantes. El sector energético se enfrentará a tendencias y tecnologías innovadoras en los próximos años. Con el calentamiento global y las condiciones climáticas extremas convirtiéndose en la nueva normalidad, aumenta el reconocimiento global de que se necesitan cambios rápidamente. Las empresas deben demostrar que tienen objetivos ESG bien desarrollados, ya que serán importantes para seguir teniendo acceso al capital, sobre todo a la hora de conseguir nuevas inversiones. El sector ha hecho algunos progresos en ESG por sí sola, pero la acción de los gobiernos (por ejemplo, poniendo un precio o impuesto al carbono) puede acelerar el cambio. En el lado del activo del balance, la transición segura y sostenible de las infraestructuras, así como el necesario desmantelamiento y reutilización de los activos, alterarán los perfiles de riesgo, influirán en los requisitos de capital y harán necesaria una revisión de los mecanismos de retención y transferencia de riesgos, así como de la cobertura y los niveles de los seguros.

Cómo los nuevos retos exigirán que las empresas cambien sus métodos para abordar la gestión y mitigación de riesgos

Las empresas deben adoptar un marco de gestión de riesgos holístico que incluya los activos físicos y humanos. Las realidades ESG y del cambio climático impulsarán un cambio significativo en la forma en que las empresas energéticas y eléctricas gestionan los riesgos de sus activos. Las necesidades de seguros en el sector eléctrico aumentan exponencialmente a medida que las empresas se esfuerzan por eliminar los combustibles fósiles de su combinación energética e invierten en nuevas tecnologías. Las empresas energéticas están acostumbradas a gestionar proyectos de alta rentabilidad y ahora se enfrentan a tecnologías como el hidrógeno que podrían tardar muchos años en generar beneficios. Es inevitable que se produzca una cierta integración de los negocios de la energía, los tradicionales de petróleo y los del gas a medida que la industria avanza hacia la neutralidad del carbono. Esto podría llevar más de 30 años, pero las empresas energéticas deben adaptarse a una nueva realidad para cumplir con las obligaciones cambiantes. La transición ESG y energética ha creado riesgos nuevos y cambiantes que los consejos de administración y las empresas deben sortear. Con escasos precedentes históricos que les sirvan de guía, las empresas deben encontrar nuevas formas de definir su forma de ver el riesgo y las rentas de inversión, incluidas cuestiones como el desmantelamiento y la gestión de los activos varados y las implicaciones para la producción. La transición a nuevas formas de energía y la convergencia de los sectores eléctrico y energético podrían afectar a la velocidad de rendimiento de las inversiones de capital.

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